Es un domingo y el mediodía porteño estalla en anticipos de primavera. Pasas a buscar al abuelo, a la abuela, a la tía que se emociona cuando escucha hablar de la patria italiana y fijás el rumbo hacia el barrio de Nuñez. Enclavado en la calle Campos Salles, a menos de una cuadra de Cabildo se encuentra el EFASCE (ENTE FRIULANO DE ASSISTENZA CULTURALE EMIGRANTI), organizado por un grupo de jóvenes descendientes de italianos que logran mediante eventos como este, despertar nuestra memoria genética gastronómica, hacia sabores de los que solo se relatan en las historias de los mayores.
El ambiente es familiar y ameno, gente que se conoce de otras reuniones, algunos rostros que han sabido resistir el paso del tiempo y todos aunados frente a grandes mesas ruidosas donde la charla se mezcla con más anécdotas de las que uno pudiera recordar.
Las manos expertas de generaciones de cocineros han preparado platos típicos de la zona de Pordenone ( noreste de la botita): Sopa de porotos en doble ración, polenta con muset ( chorizo hecho a base de codillo de cerdo) y helado con frutos del bosque de postre.
Es poco lo que se puede hacer para evitar la sensación de saciedad, la comida llega en cantidades no previstas y la ingesta de vino anticipa la llegada de dos cantantes líricos que deleitan al auditorio con obras clásicas antes del café con grapa. Se suman la pastelería, budines y tortas rellenas de nuez y el ambiente de camaradería cuando el reloj ve superadas las cinco de la tarde. Los sorteos no se hacen esperar y el resto del día es un grato recuerdo con sabor a inmigración y raíces. EUROBISTRÓ agradece a los organizadores por la invitación y espera volver en ayunas para seguir disfrutando de otro gran almuerzo en familia.
El ambiente es familiar y ameno, gente que se conoce de otras reuniones, algunos rostros que han sabido resistir el paso del tiempo y todos aunados frente a grandes mesas ruidosas donde la charla se mezcla con más anécdotas de las que uno pudiera recordar.
Las manos expertas de generaciones de cocineros han preparado platos típicos de la zona de Pordenone ( noreste de la botita): Sopa de porotos en doble ración, polenta con muset ( chorizo hecho a base de codillo de cerdo) y helado con frutos del bosque de postre.
Es poco lo que se puede hacer para evitar la sensación de saciedad, la comida llega en cantidades no previstas y la ingesta de vino anticipa la llegada de dos cantantes líricos que deleitan al auditorio con obras clásicas antes del café con grapa. Se suman la pastelería, budines y tortas rellenas de nuez y el ambiente de camaradería cuando el reloj ve superadas las cinco de la tarde. Los sorteos no se hacen esperar y el resto del día es un grato recuerdo con sabor a inmigración y raíces. EUROBISTRÓ agradece a los organizadores por la invitación y espera volver en ayunas para seguir disfrutando de otro gran almuerzo en familia.

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